El gozo hace el evangelio atractivo. Si usted pone una cara amargada todo el tiempo y tiene una disposición negativa, alejará a las personas de la iglesia. Hará que el evangelio se vea como algo que las personas no quieran.
Irónicamente quienes profesamos ser discípulos de Jesús, a veces nos convertimos en los peores promotores de sus enseñanzas. No expresamos el gozo de ser salvos, la Gracia del perdón de nuestros pecados por su obra en la cruz, y las nuevas oportunidades que nos ofrece cada día.
Por el contrario, lo que muchas personas aprecian en nosotros es amargura, enojo y una actitud negativa. No lo llamemos mal testimonio, simplemente que no reflejamos lo maravilloso que ha ocurrido en nuestra existencia. En pocas palabras, nos empecinamos en hacer el evangelio poco atractivo.
Un predicador norteamericano solía repetir que muchos cristianos parecen como si toda la noche hubiesen estado en proceso de ablandamiento en un galón de jugo de limón.
¿Es esa situación? No responda a la ligera. Haga un alto en el camino. Piense cuidadosamente que hay muchos motivos para experimentar gozo y alegría, antes que permanecer sumido en la desesperanza.
¿Por qué motivo? Porque de acuerdo con lo que enseñó nuestro amado Dios y Salvador Jesucristo, en Él tenemos alegría:
“Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa” (Juan 15:11).
Y fue el Redentor quien dijo:
“Nadie les quitará su gozo” (Juan 16:22 |NBLH).
¿DE QUÉ DEPENDE NUESTRA FELICIDAD?
Probablemente la desazón que nos embarga, se debe a que dependemos más de las circunstancias que de Dios. Es frecuente.
No obstante, el hecho mismo de ser redimidos y afincar todo nuestro ser en el Señor, es motivo más que suficiente para experimentar una nueva condición. Acogemos, entonces, lo que anota el apóstol Pablo:
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17 |LBLA).
Y el apóstol Santiago anota:
“Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas (tentaciones)” (Santiago 1:2 | NBLH).
En cierta medida podemos anotar que es un asunto de actitud frente a la vida. El gozo es una de las características del Reino de Dios. Inclusive cuando estamos pasando por momentos difíciles, la Biblia dice que debemos estar llenos de gozo.
El gozo hace el evangelio atractivo. Si usted pone una cara amargada todo el tiempo y tiene una disposición negativa, alejará a las personas de la iglesia. Hará que el evangelio se vea como algo que las personas no quieran. Y, por supuesto, su vida será más aburrida y ensombrecida.
No podríamos despedirnos sin antes invitarle para que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo. Permítale que gobierne su vida y su hogar. Es la mejor decisión que podemos tomar.
© Fernando Alexis Jiménez
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