¿Cuál es la idea que usted tiene de Dios?

Perdemos el tiempo pretendiendo imaginar como es Dios. Se le puede conocer cuando desarrollamos intimidad con Él, en oración y mediante el estudio de las Escrituras. Nuestro Padre celestial se revela a todos aquellos que le buscan.


Un equipo de psicólogos de la Universidad de North Carolina en Estados Unidos logró reconstruir en el 2018, mediante una nueva tecnología, lo que los estadounidenses creen que es el rostro de Dios.

Para esto, los investigadores le mostraron a un grupo de 511 cristianos cientos de rostros al azar. A los participantes se les preguntó qué rostro se acercaba más a lo que ellos imaginaban que era la cara de Dios.

Las imágenes seleccionadas fueron entonces fusionadas para crear un rostro final, lo que representaría un promedio de cómo los estadounidenses se imaginan a Dios.

Contrario a las imágenes más comunes de Dios como un ser mayor y sabio, muchos cristianos estadounidenses veían a Dios como alguien más femenino y joven. 

De acuerdo a la investigación, las personas imaginan a un Dios similar a ellos mismos, por ejemplo, las personas mayores veían a un Dios más envejecido, los jóvenes imaginaban a un Dios joven, los afroamericanos veían a Dios con facciones afroamericanas. De la misma forma, las personas más atractivas también veían a Dios como alguien más atractivo.

NUESTRA PROPIA IMAGEN DE DIOS

Resulta curiosa esta nota que se derivó de un estudio de varios científicos y de la imagen que, conforme a la opinión de numerosas personas, consideraban tenía el rostro del Creador.

De hecho, cada persona tiene su propia apreciación de cómo es el Señor, en gran medida bajo la influencia que tuvieron de su padre terrenal. Unos lo conciben bonachón, y otros un tirano, ocupado únicamente en ver nuestros errores para de, inmediato, imponer castigos.

A estos equívocos ha contribuido la religiosidad, que vende la imagen de un Dios lleno de ira y con ánimo de destruir a quien se opone a sus preceptos.

LA BIBLIA REVELA A DIOS

A diferencia de nuestras concepciones imaginarias, Dios se nos revela en las Escrituras, que enseñan que es:

1.- Fuerte, poderoso y el Creador (Génesis 1: 1; Éxodo 20: 2; Daniel 9: 4)

2.- Gobernante todopoderoso (Isaías 6: 1; Salmo 35: 23)

3.- Fuente de bendiciones y bienestar (Éxodo 6: 3; Salmo 91: 1)

4.- Fiel al pacto y la gracia (Éxodo 15: 2, 3; Oseas 12: 5, 6)

5.- Es nuestro Padre (Deuteronomio 32: 6; Isaías 63: 16; Jeremías 31: 9; Malaquías 2: 10)

6.- Un Padre al que podemos dirigirnos (Mateo 6: 9; Marcos 14: 36; Romanos 8: 15; Gálatas 4: 6)

7.- Creador (Génesis 1: 1; Salmo 24: 1, 2)

8.- Sustentador del mundo (Hebreos 1: 3)

9.- Redentor y Salvador (Deuteronomio 5: 6; 2 Corintios 5: 19)

No es un Dios impersonal, por el contrario, es muy cercano a nosotros. Por la obra redentora de Jesús en la cruz, perdona nuestros pecados y nos asegura la vida eterna. Es la manifestación de la gracia divina.

DIOS ES CERCANO A NOSOTROS

Dios nos ama, es cercano a nuestras necesidades, escucha nuestras oraciones y está dispuesto a perdonarnos. Con fundamento en las Escrituras, miremos otros atributos maravillosos del Creador:

1.- Nos perdona los pecados (Éxodo34: 7)

2.- Es eterno (Salmo 90:2; 1 Timoteo 1: 17; Apocalipsis 1: 8)

3.- Sabe todas las cosas (Job 37: 16; Salmo 139:1-18)

4.- Conoce el principio y fin de todas las cosas (Isaías 46: 9-11)

5.- Para Él no hay nada imposible (Daniel 4: 17, 25, 35; Mateo 19: 26; Apocalipsis 19: 6)

6.- Es amor y nos ama (Romanos 5: 8)

7.- Nos extiende su gracia (Romanos 3: 24)

8.- Nos extiende Su misericordia (Salmo 145: 9)

9.- Es paciente (2 Pedro 3: 15)

10.- Es justo (Esdras 9: 15, Juan 17: 25)

11.- Está presente en todo lugar (Salmo 139:7-12; Hebreos 4. 13)

12.- Hace predicciones (Isaías 46: 10)

13.- Hace planes (Isaías 46: 11)

14.- Nos da promesas (Deuteronomio 15: 6; 2 Pedro 3: 9)

15.- Cumple soberanamente Su voluntad (Daniel 4: 35)

Una valoración somera de quién es el Padre celestial, nos muestra que es cercano a todos nosotros. Su amor es ilimitado, de tal manera que siempre nos extiende su misericordia en respuesta a un arrepentimiento sincero.

ACERCARNOS A DIOS

Antes que procurar saber cómo es la imagen ideal de Dios, debemos conocerlo a través de la Palabra y de la oración, atendiendo la invitación que nos hace:

“Clama a Mí, y Yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces” (Jeremías 33: 3 | NBLA)

Y, también, cabe recordar al apóstol Santiago cuando escribe:

«Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo[a], purifiquen sus corazones. » (Santiago 4: 8 | NBLA)

Cualquiera sea la situación que enfrente hoy, vuelva su mirada a Dios. Es nuestro Padre, nos ama y nos ofrece siempre una nueva oportunidad. Es Su gracia ilimitada que espera por nosotros.

SALVOS POR GRACIA

Algo maravilloso que poco se predica desde los púlpitos, es la gracia de Dios. Por la muerte de Jesús en la cruz, Él nos perdonó los pecados y nos adoptó como hijos.

El teólogo norteamericano, Ronald Maccune, lo definió en los siguientes términos:

“La adopción de Dios es un regalo inigualable que transforma nuestras vidas. Nos libera de la carga del legalismo, empodera nuestro viaje a través del Espíritu Santo y nos asegura una herencia compartida con Cristo mismo. La adopción no es un mero concepto, es una realidad profunda que nos da el privilegio de ser llamados “hijos de Dios”.

La gracia divina está a nuestra disposición. Pero Dios no nos obliga. Es necesario que nos apropiemos de esa gracia, por fe. Los resultados son maravillosos, cuando nos acogemos a Su amor salvador, como anota Maccune:

“Primero, reconozcamos que somos amados y aceptados por Dios, no por nuestras obras, sino por su gracia. Dejemos de esforzarnos en vano para ganar su favor y, en su lugar, confiemos en su amor incondicional, la libertad que ahora es nuestra, el poder del Espíritu de Dios con que el podemos vivir la vida y la herencia garantizada que ya se nos ha concedido por ser miembros de su familia. Vivamos bajo la guía del Espíritu Santo. Permitamos que nos recuerde constantemente nuestra identidad como hijos de Dios y que nos capacite para vivir vidas que honren al Padre celestial.”

Es fundamental que abracemos nuestra posición como hijos de Dios. Que esta realidad transforme cada aspecto de nuestra vida y compartamos la buena nueva de la adopción de Dios a quienes permanecen en esclavitud.

Compartamos esta verdad con un mundo sumido en tinieblas, un mundo de huérfanos desamparados que necesitan desesperadamente al Padre.

Este es el momento oportuno para abrirle las puertas de nuestro corazón a Jesucristo y apropiarnos de la gracia salvadora.


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© Fernando Alexis Jiménez

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